sábado, 12 de abril de 2008

¿No que no? ¿O sí?

He llegado a temer el quedar siendo sólo una demente.
A veces no tanto.
Estaría en mi fabuloso mundo
imaginario y liberal...
del que en una vida ordinaria
se burlarían.
Siendo que,
ya estando en un manicomio
dirían: "Oh, pobre"
y se alejarían.
Pero, ya al atravesar por la
puerta de salida y recordar
lo que es vivir la realidad,
sentirían envidia, quizá.

Dedicatoria a una parte de mi vida...

Pese a mi ignorancia ante los libros, no impide mi absoluta ingenuidad el enamorarme de ellos, sentir su plana textura rectangular abrigada cual invierno de hojas.
Me seduce su fantástico mundo misterioso que oculta, siendo apto para todos el saberlo encontrar, puesto que temible disfraz, siendo su naturaleza, muestra a incapaces y pesimistas,
como trampa a sus precarias fantasías.
Me entibia el alma esta imagen: ver como heridas impregnadas a lo largo del papel las palabras, siendo tal prueba que son razón de su existencia.
Inmortalidad para todos los tiempos, luz para oscuras razones, libros, ¿qué otra forma de ser?

La brevedad de las cosas...

Bienvenida. ¿Qué es eso?
¿Una breve introducción
a lo nuevo engalanado
de armonía?
Intermedio.
Apenas visible como un
(paréntesis)
amargura infiltrada
en la sonrisa
cuya figura se delinea
por una lágrima derramada.
Laberinto pasional
de confusión, temor
y gallardía
a lo pretendido olvidar.
Mientras, como silencioso
amante enamorado,
arriva el descenlace...
teniendo por seudónimo
la vida.