He llegado a temer el quedar siendo sólo una demente.
A veces no tanto.
Estaría en mi fabuloso mundo
imaginario y liberal...
del que en una vida ordinaria
se burlarían.
Siendo que,
ya estando en un manicomio
dirían: "Oh, pobre"
y se alejarían.
Pero, ya al atravesar por la
puerta de salida y recordar
lo que es vivir la realidad,
sentirían envidia, quizá.
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