miércoles, 5 de agosto de 2009

Algo sobre ella

Ahí va, echando blasfemias a lo largo de la calle, inmortal como nunca lo pudo ser, con su inconfundible aroma a alcohol y cigarro. Ya todos la conocen (o deberían de conocerla) cómo no admirar su negra piel y sus danzas por la acera. Recuerdo que la conocí, no hace mucho tiempo de eso, el tiempo a su paso no transcurría, ni mucho menos ella cambiaba, siempre que la veía subir por esas escaleras a pedir su agua se transformaba gradualmente, hasta tornarse una santa. No es que le manche su reputación, nadie sabía de ella, mil historias en sus diferentes versiones no bastaron para definir siquiera su trayectoria a lo largo su vida como mera mortal que era. Sí... algo me dijeron por ahí de que ella ha muerto, que fue tanta la conmoción como para transmitirla por las noticias, mostrando sus lugares favoritos, los que solía frecuentar, los que la extrañan. No lo vi, ni sé si siquiera sea esto cierto, pero creo que no he hecho alguna remembranza sobre ella, porque viva, no lo estaba. Algunos, todos, la creíamos ver echando sus múltiples blasfemias por la catedral, entregándose al placer de los hombres en las patrullas, o simplemente andando, como perdida, hasta caer dormida en medio de la calle. Aún me parece verla, escucharla... "¡maldita sea! ¿Por qué no bailas conmigo?."

No hay comentarios: