¡Oh, blanca y redonda cebolla...!
Que en cada plato te encuentras,
uno quisiera encerrarte en una olla
y lanzarte a un precipicio
a que mueras.
¡Oh, cebolla...!
Cómo quisiera quemarte,
atravesarte una estaca y matarte...
¡Separarte del taco y maltratarte!
Que te salga una cara, y golpearte.
*Nota:
Este pequeño poema nació a base de la
inspiración de mi compañero Carlos Fernando
Laura Gutiérrez, durante una clase de
Fundamentos de la Comunicación, en la cual
nos pidieron un poema o verso, y Fer hizo
éste... así que le pedí si podría publicarlo
aquí... y lo permitió. Para que ustedes,
lectores cibernéticos, compartan nuestra risa
al leer tal sinceridad mostrada hacia una
cebolla (... jajaja).
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