jueves, 11 de diciembre de 2008

Luz de lluvia

Ese día en que no habían ocasiones mas que la lluvia, permanecía afuera esperando una oportunidad. Las gruesas gotas caían sobre el pasto, formaban charcos negros a nuestros pies. Navegaba en mi barco de fantasía, el frío aire me llevaba a buscar la luz. Veía la lluvia caer entre la oscura tarde, mi brújula perdió dirección, y el frío se volvió calor. La lluvia era pequeñas partículas de luz que se habían olvidado de ser agua, el negro charco se volvió cristalino. Mi barco yacía hundido en lo profundo de lo extinto, y la brújula por sí misma encontró su dirección. Yo, ante un escenario, un inmenso cristal. Creí todo ese tiempo haber estado afuera, y tan sólo se me dio la oportunidad de soñar un poco entre la imaginaria gente de aquel solitario lugar.