martes, 27 de octubre de 2009

Sólo es algo imbécil

Aprovechar los días nublados para pretextar el deplorable estado de ánimo. No obstante, ello se sustituye con los grandiosísimos comentarios hacia la gente diciendo: "qué bonitos son los días nublados". Y ésta, respondería (en la mayoría de los casos): "oh, es cierto, ¡cuánta razón tienes!" Cuando la verdad es que la razón en la primera persona no existe, y sólo piensa en aprovechar el grisáceo escenario para estar desde lo alto de un edificio y arrojarse... Ver a la chica que está paciente desde lo lejos apoyada sobre el barandal, que a su vez te observa y piensa en sí o no hablarte algún día porque simplemente le pareces un fenomenoide; mientras que por el otro lado no se aprovecha la presencia de la otra ella, la significante, y constatarle toda su hermosura y personalidad admirable, jugar con su cabello mientras procura tenerlo firme por medio de múltiples broches. Recordar, igualmente y por otra parte del inconsciente, a la otra persona que nada dejó, sólo buenos recuerdos que se vieron turbios en el último instante que aún perdura y se transformado como mi Crónica de un instante de manera masoquista. Hacer perdurables los tragos amargos de momentos apenas vistos, permitir la carga incesante de culpas por falta de tiempo ante cosas que habrían de ser importantes, como una calificación o un buen desempeño laboral mostrado apenas agonizante. Recordar a cada momento que soy una imbécil, y que claro... no le encontraré la razón a ello. Esto, más bien, se ha vuelto otro enredo sin ningún relevante que mi imbecilismo como ser mutante... Patético.

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