Las casualidades comienzan siendo un instante y quedan como nada más. Aun de recuerdo. Algo específico queda marcado, similar a una mancha de tinta que con el tiempo se expande de forma lineal, pausada y lentamente, pero súbitamente prosiguiendo la marcha. El problema es: ¿cuándo marcará un fin? Y, ¿de verdad eso esperamos...? Lo más prudente sería no estar tan apegados a estos detalles de calendario y tomar todo como un acontecimiento, tratase de lo que tratase. Un buen acontecimiento, sin reclamos. Ya luego vendrán las excepciones.
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