martes, 13 de diciembre de 2011

Lo malo de tener blog

Las ilusiones temporales (ya no ópticas) son muy engañosas. Apenas he terminado otro semestre de manera un poco desesperada, cuando de pronto ya se acabó noviembre y han transcurrido trece días de diciembre. Además, en este tiempo que creí relativamente largo y corto a la vez, me he dado cuenta de algunas cosas (¿o vicios...?) tales como: no publiqué nada en el blog, los cambios de clima ya me afectan, he logrado romper récord en comer sopa de pasta por ¿una semana consecutiva o más...? descubrir unas galletas que al fin me gusten aparte de las únicas que me gustaban, el coffee mate de avellana, oler cosas deliciosas sin saber si existen esos aromas o al revés, que falta exactamente un año para que termine la carrera (si no es que el aún supuesto fin del mundo se anticipa) y que he sido (casi por completo) más feliz de lo habitual a pesar de los problemas que nunca dejarán de existir.
He tenido muchos momentos de alegría, lo cual ha compensado los pocos de tristeza y tantos de estrés. Puedo decir que a final de cuentas todo me ha ofrecido una mejora a costa de las circunstancias, y que esto me tiene motivada para ya ni siquiera saber si optar por hacer algo o no primero de tantas cosas que tengo en mente: leer libros que imposiblemente leería, crear personajes, una técnica de trazo, recordar historias o ideas que nunca escribí, utilizar colores o pluma y descansar el lápiz, tener ingenio para los títulos o nombres (por ejemplo, hasta ahora sólo sé que mi próximo gato se llamará Bustrófedon y que lo imagino grande, dominante y un poco obeso.... eso no resulta bastante ingenioso que digamos), encontrar y lavar aquellas tazas que he usado para comer o tomar café, sacar ropa u objetos que ya no usaré, tratar de poner orden a todo cuanto se pueda. Ser al menos un poco compatible con la lin... no, imposible.
Por otra parte tendré muchos días libres para fantasear con salir de viaje, volar a pesar de mi ligero miedo a las alturas sin necesidad de un avión, hacer cuenta regresiva de cuánto falta para que termine el año, mandar un guión para hacer una buena película de aliens, hacer más blah, blah, blah para encontrar (como en una sopa de letras, vaya la semejanza) o más bien inventar la nueva y próxima palabra del diccionario, manipular mis horas de dormir para saber si acaso los sueños tienen un horario específico de cuándo son buenos, malos o si simplemente para mí no lo tienen porque casi nunca los recuerdo... Y sobre todo, no dejar el blog para luego solamente escribir cosas sin sentido como estas (las cosas sin sentido ocupan demasiado espacio) En fin, al menos ya me desaburrí un poco por hoy...    

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