lunes, 23 de agosto de 2010

Por si un día lo lees...

Hace un momento que te recuerdo. Tantas veces tanto, y sin alcanzar nada. Mentira, siempre es cada momento tu presencia. Debajo de la sombra que persigue mis pasos, escondido a la orilla de las puertas, entre la gente y detrás de mis pupilas. En cada abrazo que no te es correspondido. Hace un momento, así de poco y simple. Un año, dos. Siempre. ¿Qué opción tomar, a quién invitar al café para eterna espera? Llevando casualmente a rastras el cobijo de tu recuerdo a punto de desbordarse. Sí. No pido concretar el olvido en una figura de gato. No pido el escabullir por descuido de fe cada momento. Más bien, siempre estaré al tanto de tu disimulada presencia, para algún día retomar firme los instantes encerrados en una taza sin sorber todavía.

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