miércoles, 5 de octubre de 2011

De las aves y (mi) mañana... II

Hoy vi a un pájaro pequeño caer, fue como un golpe echado a la suerte. Algo tan sencillo como ver que la voluntad se pierde e intentar seguir volando sin saber a qué dirección ir exactamente, ni por qué. ¿Qué sería de quienes no tienen quien los levante cuando están solos y no se pueden mover? sin instinto de supervivencia o pereza de levantarse. Muchas veces me he preguntado si alguien realmente piensa así y las razones. Porque aun cuando se acoge a un ave malherida se le ve el miedo, se siente. Por naturaleza sabemos que es vulnerable y víctima de las circunstancias, sale nuestro lado humanitario (¿o acaso habrán aves suicidas?). Cosas así de extrañamente retorcidas pueden atacarme en momentos de suma nostalgia o impotencia. Sería absurdo preguntar si es justo preocuparme por mí cuando están peor otros más. Intentar lo posible, adivinarlo. Sin embargo, hay momentos en que no quiero dar nada por definitivo y recurro al "quizá" "casi" "sería" y demás, ya que sé puede no serlo. Son tantas cosas que de pronto se acumulan en el mismo espacio... Pero afortunadamente, sé que tengo quien me levante. Sé que el pequeño pájaro siguió volando, que yo puedo también. No echar a la suerte el destino, sino ir planeando cada aleteo para saber a dónde llegaré mañana.

No hay comentarios: