domingo, 21 de noviembre de 2010

De la rara violencia

Cierta vez leí sobre una especie de violencia surgida a partir de una carcajada, de lo inevitable que es no perturbarse tras repentinamente presenciar una alegría de dicha magnitud. Así mismo y contrario a esto, de lágrimas que brotan entre la dicha o el placer, llegando a la siempre inexplicable nostalgia. Resulta extraño querer pensar en una razón concreta de las cosas en medio de la nada, reír o llorar de la nada. ¿Será eso una verdadera violencia? La confusión provocada, quizá. Pero algo tenía de razón respecto a la violencia este texto, y era que no tenía hora para llegar, ni modo. Todo el tiempo somos verdugos de la palabra, del inesperado momento en que adquiere su forma. ¿Concebiremos al mundo como a una piedra desmoronándose bajo la fuerza de nuestro puño, una parte precoz del desconocido inconsciente...? Y es ahora que ya no me quedan palabras, porque la resolución queda siempre pendiente.

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