sábado, 6 de septiembre de 2008

Recuerdos de tú, inocencia

Con fecha de... año tal... iniciando en un mes de febrero, pongámoslo así... (habrás de recordarlo por mí) días nublados y una lluvia a cascadas después de tres días de similitudes (ésa nube parece de lluvia, parece tu cara) y un paraguas defectuoso siendo día de fiesta con una rosa en la mano y un maletín en la otra (no faltó un abrazo antes, el primero) y una chamarra café, cuyo aroma llamaba a todos los olfatos. Una historia gobernada por el mal tramando ser todo un encanto (oh sí, quién la quería a ella) silencio. Absurda conversación sobre nada (has de recordarlas) para luego volverlo una consulta médica: sí, era un paro cardíaco, no lo sabía hasta entonces. Silencio. ¿He muerto? ¿Te has enterrado por mí y ahí me dejaste? . . . Listado: una servilleta de una galleta compartida con un chocolate caliente (la lluvia se había vuelto nuestro baño). Un vaso desechable tras una tarde por la carretera, fotos de unos cumpleaños (¡mi cara...!) seis abrazos, buenos deseos, un temor y un adiós. Habré de recordar más. Un intento... Silencio, inocencia.

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